martes, 14 de julio de 2015

Capítulo 5 (constelaciones)

Cuando los hombres estaban tan cerca que Anabeth temía que ya pudiesen estar viéndolos, los guardias pararon y les dieron la espalda:
- ¿Crees que habrá más? Estoy seguro de que la explosión de poder que detectaron los radares hace dos días- dijo el primer soldado.
- No sé, tal vez ha sido la suerte o coincidencia...- respondió el segundo.
- ¡Eh vosotros dos! ¿Qué hacéis ahí? Venid a ayudar, hemos encontrado a otro más- un soldado que parecía el general se dio cuenta de que ambos soldados se habían retirado.
Anabeth y Jake pudieron respirar al fin tranquilos durante un momento hasta que vieron al "otro" al que habían dejado K.O.
El chico que sacaron en la camilla era alto, delgado y de pelo moreno con el que Anabeth solía fantasear antes de que esa semana empezase. El chico de la camilla era Dake, a Anabeth contuvo la respiración un momento, pero fue lo suficientemente rápida como para poder impedir que Jake saliera de su escondite.
-No hagas ninguna tontería, salgamos de aquí y sigámoslos. Tú sabes que nos buscan a nosotros también- le susurró a Jake.
Ambos retrocedieron lentamente hasta llegar a las escaleras que conectaban con la planta baja, donde se encontraba su única salida. Cuando salieron se escondieron detrás de una columna lo suficientemente ancha como para tapar las figuras de ambos.
Anabeth buscó instintivamente la mano de Jake y este se la estrechó confirmando que todo era real, no estaban soñando.
- Venga,vamos a salvar a los demás- intentó sonreír Jake.
De la mano, la pareja pasó corriendo de columna en columna hasta llegar al edificio de enfrente, cuya segunda planta era la biblioteca con un ventanal enorme de cristal desde el que podían observar la escena y trazar un plan.
Dentro, echaron el pestillo y observaron tapados por las cortinas como se llevaban a sus compañeros y sus mejores amigos.
Katia, Mia, Adam, Dake y Krista, todos en camillas blancas inconscientes, los cuatro primeros con marcas de haberse debatido contra sus agresores.
Mientras Anabeth miraba horrorizada la escena a través del cristal, Jake intentó organizar sus ideas:
Ver a su hermano con un moratón en la cara no lo ayudaba mucho en su tarea, así que decidió retirarse del cristal y sentarse una de las sillas de la biblioteca.
Cerró los ojos y se concentró. Evaluó sus posibilidades, el edificio solo tenía dos salidas, y la ventana era una de ellas, así que retiró la idea de huir. Si lograban escapar...¿Qué harían?¿La prueba médica? Los atraparían.
A Jake le preocupada Anabeth. No quería que los guardias la atraparan ni que resultase herida. Sabía que era ella la persona especial a quien los guardias buscaban, era a ella a quien le brillaban los lunares y con la que había hecho explotar un lavabo.
Además, Anabeth despertaba en él un nuevo sentimiento, cuando estaba con ella podía ser él mismo, no pretendía ni intentaba ser otra persona. Esa sensación de libertad y diversión era nueva e increíblemente sencilla a la vez que complicada y tenía clara una cosa: no iba a perderla.
Al ver la cara de horror de la chica, la apartó suavemente por los hombros, pero cuando vio la procesión de guardias en la ventana, se le ocurrió una idea.
- Tengo una idea- empezó Jake -no sé si te gustará porque es realmente un disparate, pero es lo único que tenemos.
Anabeth asintió medio en trance mientras su mente procesaba lo que acababa de ver y lo asimilaba de la mejor manera posible. Quería salvar a sus amigos y cuando oyó las palabras de Jake sintió que su corazón le decía que dijera lo que dijera el chico, ella lo seguiría hasta el fin del mundo si él se lo pedía.

2 comentarios:

  1. La verdad es que pobre Anabeth, le pasa de todo. No la atraparan y ni experimentaran con ella, ¿no? D:

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    1. No sé, si no...¿Quién va a rescatar a los demás? Jake no puede hacerlo solo;)

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